Actualmente, la forma principal de obtener materia prima es mediante la extracción de recursos de la naturaleza para generar productos y, comúnmente, desecharlos después de usarlos. A este proceso se le puede describir como “economía lineal”, el cual ha funcionado por mucho tiempo, generando un impacto significativo en nuestro ecosistema, agravando la situación actual de crisis climática y de contaminación.
Para contrarrestar el grave daño que genera esta línea, se han propuesto diferentes sistemas de producción y económicos que limiten la explotación de recursos y minimicen la generación de residuos, como la economía circular.
Definición de Economía Circular
La Procuraduría Federal del Consumidor define a la Economía Circular como un modelo de producción y gestión de aprovechamiento de recursos, que considera producir únicamente lo indispensable, además de reutilizar los productos que no puedan volver al medio ambiente por sus propiedades, y reducir la generación de residuos dañinos para el planeta.
De acuerdo con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP por sus siglas en inglés), actualmente solo el 7.2% del material utilizado del mundo se recicla y se vuelve a insertar en la economía. Ante esta problemática, la economía circular busca promover el uso sostenible de los recursos naturales a través de diferentes iniciativas, como:
- Diseños inteligentes de productos.
- Vida útil de productos más prolongada.
- Productos de mayor reciclaje.
- Regeneración de la naturaleza.
¿Por qué es importante la economía circular?
De acuerdo con el UNDP, se estima que hemos usado más recursos naturales del planeta de los que hay disponibles. Este ritmo de consumo está llevando al planeta a una posición insostenible, por lo que es necesario accionar para minimizar este daño lo más posible.
Se ha demostrado que, con un uso más eficiente y circular de los materiales, se genera un impacto positivo en el ambiente como en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando la resiliencia frente al cambio climático y desastres naturales.
En Pernod Ricard, reconocemos la urgencia de preservar y optimizar el uso de nuestros recursos finitos, por lo que minimizamos el desperdicio en cada paso de creación de nuestros productos, mientras imaginamos nuevos métodos de producción que minimicen este impacto.
Ejemplo de ello es que en 2018, la icónica botella de tequila Altos se rediseñó para reducir el peso del vidrio de la botella en un 20%. Al hacer la botella un poco más pequeña y delgada, sin comprometer el volumen del tequila, pudimos reducir el 20% de las emisiones de CO2.
Además, estamos comprometidos en seguir reduciendo las emisiones, hasta lograr un 50% de reducción en la intensidad de nuestra huella de carbono general para 2030, y seguir una trayectoria de cero emisiones netas para 2050. Para lograrlo, reducimos nuestras emisiones de carbono en las operaciones, recurriendo al uso de nuevas tecnologías y energías alternativas. También trabajamos con nuestra cadena de suministro para reducir nuestra huella de carbono relacionada a la adquisición de envases y materiales agrícolas, así como en el transporte.
Nuestras iniciativas están pensadas para seguir los 5 principios clave en cada paso del ciclo de vida de nuestros productos: Repensar, Reducir, Reutilizar, Reciclar y Respetar. Te invitamos a conocer más en nuestras páginas oficiales y redes sociales, así como a sumarte en esta labor en favor de nuestro planeta.